El Proyecto LIFE Ebro Resilience P1 ha realizado este mes de enero las plantaciones en el meandro del Soto de Alfaro, en esta localidad de La Rioja. Con ello se cierran los trabajos para recuperación de la funcionalidad del meandro, reabriendo los antiguos brazos de río. Se trata de un ejemplo de aplicación de soluciones basadas en la naturaleza para minorar el riesgo de inundación.
Esta intervención cumple con el objetivo medioambiental, recuperando la conexión con el río y, por tanto, la irrigación del soto y con el objetivo de reducir el impacto de las crecidas del Ebro, al sumar el meandro como espacio fluvial.
Los brazos recuperados, en un espacio de 60 hectáreas, actuarán como vías de irrigación del soto: permitirá que los caudales del Ebro entren al soto con crecidas de 800 m3/s y no con los 1.200 m3/s que son necesarios ahora, haciendo más efectivo el efecto positivo del espacio fluvial y de llanura de inundación y reduciendo los estrechamientos y los efectos de erosión en el tramo.
La plantación se ha realizado con una disposición en bosquetes, que imita la forma natural de evolución del soto. Se han introducido ejemplares de tamariz (1.000 unidades); majuelo o espino albar, Crataegus monogyna (120 unidades); fresno, Fraxinus angustidolia (20 unidades) y sauces, Salix alba (35 unidades).
La actuación se ha ejecutado en dos fases, con un parón durante la época estival para cumplir con el condicionado medioambiental:
Participación pública
La participación pública, el intercambio de ideas, el análisis y los canales de información son algo intrínseco en el proyecto, durante toda la fase de definición de esta actuación, los interesados han podido plantear posibles dudas, realizar propuestas y han recibido información sobre esta tipología de acción.
Una vez iniciada la obra en su primera fase, en junio se invitó a visitar el soto a todos los integrantes de espacios de participación del LIFE Ebro Resilience P1, tanto las personas que se han involucrado en los tres grupos de co-creación de la zona, que unen a partes interesadas y técnicos del proyecto, como a las que forman el grupo de transformación del conflicto.
Las personas que se apuntaron a esta experiencia, recorrieron el ámbito de actuación que abarca un espacio de 60 hectáreas, resolvieron dudas y plantearon ideas sobre esta tipología de intervención.