Los trabajos de adecuación morfológica y restauración ambiental del río Ebro en el paraje de “El Ortigoso”, en Milagro (Navarra) continúan avanzando a buen ritmo.
Esta semana la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha comenzado con la plantación de 10.000 ejemplares de plantas autóctonas con las que se pretende recuperar y restaurar ambientalmente las 12 ha de espacio fluvial que anteriormente estaban ocupados por choperas productivas y otros cultivos.
El paraje de “El Ortigoso”, situado aguas arriba de la confluencia de los ríos Ebro y Aragón, es una zona conflictiva durante los episodios de crecida, dado que la configuración morfológica de los terrenos dificulta que ambos ríos puedan confluir conjuntamente. Cuando se producen estos episodios, como los ocurridos a principios del año pasado, el río Aragón, al aportar más caudal, prevalece sobre el Ebro, que queda retenido originando desbordamientos hacia las márgenes.
Para tratar de paliar esta situación y reducir los daños producidos por estos desbordamientos, se ha destinado un presupuesto de 1.432.467 euros para una serie de trabajos realizados en este enclave navarro incluidos dentro de la Estrategia Ebro Resilience.
Para mejorar esta problemática, se han iniciado las obras de esta primera fase en la que los trabajos se están centrando en la ribera derecha del Ebro. Con ellos se pretende dotar de mayor espacio a la zona de encuentro de ambos ríos. En ese sentido, se están retirando 1.790 metros de la defensa de primera línea, para luego reconstruirla 100 metros más alejada del río. En el diseño de esta nueva defensa, de 800 metros de longitud, se han tenido en cuenta innovadores conceptos de integración paisajística y ambiental. Así, la construcción de la misma se llevará a cabo empleando taludes suaves y revegetados que evitarán el efecto “barrera” transversal y facilitarán el paso de la fauna de la zona, reduciendo el impacto sobre el paisaje.
Estas obras permitirán recuperar 400 metros de un brazo del río Ebro cerrado y roturado para su uso como chopera productiva, lo que facilitará que el Ebro y el Aragón puedan confluir de manera conjunta, y también facilitará la movilidad y capacidad de desagüe de los ríos aplicando la técnica del curage en la isla situada aguas arriba de la confluencia de ambos ríos. Con ello se pretende recuperar, a su vez, otro brazo cerrado artificialmente junto a la ribera izquierda del Ebro.