La Estrategia Ebro Resilience, participada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la Confederación Hidrográfica del Ebro y las comunidades autónomas de La Rioja, Navarra y Aragón, ha presentado a la convocatoria LIFE 2020 de la Comisión Europea una propuesta para la realización de dos actuaciones novedosas destinadas a implementar las medidas contenidas en la Estrategia.
La propuesta tiene una duración prevista de seis años y un presupuesto total de 12 millones de euros, para el que se ha solicitado a la UE una cofinanciación del 55%. En el mes de octubre se conocerá si la candidatura ha superado la primera fase del procedimiento de selección y, en ese caso, se presentaría la propuesta definitiva en febrero de 2021.
El título de la propuesta es ESTRATEGIA EBRO RESILIENCE: ACCIONES PILOTO PARA LA GESTIÓN DEL RIESGO DE INUNDACIÓN MEDIANTE INFRAESTRUCTURAS VERDES Y MEDIDAS DE ADAPTACIÓN y su acrónimo LIFE EBRO RESILIENCE P1.
La primera de las intervenciones propuestas, denominada tramo combinado de actuaciones, se desarrollaría en las comunidades autónomas de La Rioja y Navarra y consiste en una sucesión de medidas naturales de retención de agua (reconexión de meandros, cauces de alivio, curages y recuperación de llanuras de inundación) que, sumadas, amplifica el efecto de cada una de ellas.
La segunda, que se realizaría en Aragón, tiene como objetivo la adaptación de una zona agrícola intensiva mediante la instauración de zonas de amortiguación de flujos laterales que reducirían los efectos de los desbordamientos en fincas y sistemas de riego.
Se trata, en definitiva, de incrementar la resiliencia a las inundaciones de forma que la recuperación de la actividad habitual pueda efectuarse en el menor tiempo y con el menor coste posible.
Las actuaciones propuestas actúan a varios niveles:
- Preparación de la población afectada, mejorando su capacidad de respuesta ante las inundaciones y fomentando su corresponsabilidad e implicación en la adopción de medidas.
- Adaptación de los usos de las zonas inundables para reducir sus daños.
- Recuperación de la llanura de inundación para favorecer la laminación de las avenidas.
- Mejora del ecosistema fluvial, incrementando la superficie y calidad de los hábitats autóctonos, descanalizando el cauce, eliminando especies invasoras y creando hábitats específicos para especies protegidas, entre otras. Todo ello para cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua y la Directiva Hábitats.